Francia obligará a añadir etiquetas de emisiones de carbono a sus prendas de ropa el año que viene. Estas etiquetas serán un sello gubernamental, que ha sido creado por el Ministerio de Transición Ecológica, que tendrán cómo objetivo que el espectador pueda conocer el impacto climático del producto que está comprando.

 

La intención es premiar a los actores de la lucha contra el cambio climático, puesto que obligará a las marcas a ser más transparentes con el consumidor y a ser más conscientes del impacto medioambiental que generan. Además, la finalidad del gobierno con este proyecto, que lleva activo en Francia desde el 2018 de forma voluntaria, es llegar a compensar 1 millón de toneladas de CO2, lo que equivaldría a lo que generan 100.000 franceses en un año.

 

Obviamente, existen detractores de esta práctica, los cuales consideran que las etiquetas de emisiones de carbono no serán una solución contra el cambio climático. Estos detractores consideran que estas etiquetas serán utilizadas por las empresas cómo un lavado de imagen verde, también llamado greenwashing, el cual utilizará el marketing para cambiar la percepción de sus productos.


Lo que sí que queda claro, es que las empresas van a tener que exponer públicamente de dónde son las materias primas que utilizan, qué sustancias se han usado durante la confección del producto y los kilómetros que han recorrido, entre muchos otros aspectos. Y estaría bien que otros países también implementaran esta práctica, como mínimo, para que el consumidor tuviera la posibilidad de elegir qué tipo de producto quiere consumir.

 

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